Mediante este Máster de Psicoanálisis se propone al alumno un recorrido por la obra de S. Freud en su dimensión teórica y clínica, teniendo en cuenta las condiciones que enmarcaron el surgimiento de sus tesis centrales así como el decurso de éstas a lo largo de su extenso recorrido de investigación.
Presentación del Máster
El Centro de Estudios Freudianos se complace en presentar su Máster de Formación en Teoría y Técnica del Psicoanálisis dirigido a estudiantes avanzados y profesionales egresados de carreras vinculadas con la salud mental (medicina, psiquiatría, psicología); egresados provenientes de disciplinas afines, pertenecientes al ámbito de las ciencias humanas (antropología, filosofía, sociología, literatura, arquitectura, derecho, etc.) y al público en general interesado en el estudio, abordaje e investigación del alma humana.
A través de los contenidos presentados en este Curso de Psicoanálisis, se propone al alumno un recorrido por la obra de S. Freud teniendo en cuenta las condiciones que enmarcaron el surgimiento de sus tesis principales así como el decurso de éstas a lo largo de su extenso recorrido de investigación. Asimismo, se estudia el desarrollo de la teoría psicoanalítica a lo largo del SXX mediante la lectura de la obra perteneciente a autores contemporáneos (vg. M. Klein, E. Racker, W. Bion y J. Lacan) que continuaron y enriquecieron el legado freudiano.
Por último, mediante esta Formación en Psicoanálisis, se propone al alumno un recorrido por los ejes centrales de la técnica psicoanalítica a fin de reconocer los fundamentos sobre los que se apoya la función del psicoanalista y los ejes rectores de su quehacer en la clínica. De este modo el encuadre, la interpretación, el análisis del carácter y las resistencias constituyen algunos de los temas a trabajar.
¿Por qué Freud?
Si hay tantos psicoanalistas que dan cuenta de la importancia de sus perspectivas clínicas y algunas de sus opiniones incluso condujeron a movimientos sociales… ¿Por qué hoy Freud? A Freud no se trata, en nuestra opinión, ni de rechazarlo rebeldemente ni de seguirlo obedientemente, sin más.
A pesar de haber sido el fundador de una doctrina cuyas consecuencias e impacto llegan hasta nuestros días y se siguen multiplicando en todo el mundo, Freud nunca estuvo del todo a gusto con el hecho de ser “el padre”. Él prefería ser leído con un “benévolo escepticismo” y se encontraba siempre dispuesto a escuchar lo que la clínica (a partir de su análisis personal y el de sus pacientes) tenía para enseñarle acerca de los enigmas del alma humana.
En nuestro estudio sobre la Clínica Psicoanalítica de Freud encontraremos un “antes”, un “después” y el intermedio transicional de este hombre que fue el analista de Ernst Lanzer, de Ida Bauer, de Serguei Pankejeff entre muchos otros.
Un hombre que decía y se desdecía, que fallaba como como le “falló” a Dora y que fue capaz de extraer de dicho obstáculo la potencia para sus teorizaciones futuras: él no sabía retroceder. Encontraremos a un Freud que podía señalar lo que pasa inadvertido a los ojos de la consciencia, pero sobre todo, que podía confrontarse a sí mismo y derribar el ideal. Y es por ello, en gran medida, que continúa vigente su legado.
Freud hizo un esfuerzo mayúsculo por salirse del lugar del ideal, hasta el punto de militar en contra de la sugestión que alguna vez practicó para producir el deseo de análisis, ese deseo que crece, mientras se elaboran las fantasías, sobre el suelo de la relación transferencial entre analizante y analista.
Resulta imprescindible, atendiendo a los tiempos que corren y a las incontables dificultades humanas que desde los días de Freud, han acentuado y agravado el Malestar en la Cultura, preguntarnos ¿dónde quedó el deseo y qué posición ética hemos de asumir frente a él?